
La hidronefrosis se define como la dilatación de la pelvis y cálices renales. Puede ser unilateral o bilateral según estén afectados un riñón o los dos. Su diagnóstico es cada vez más frecuente gracias al uso de la ecografía tanto a madres en gestación como al recién nacido.
Se debe hacer una ecografía renal a la semana de vida aproximadamente para confirmar el diagnóstico prenatal. Según la dilatación y la existencia de atrofia del parénquima renal la hidronefrosis se clasifica en diversos grados ( I-IV).
Es necesario efectuar pruebas para diagnosticar el origen de la hidronefrosis ya que aunque a veces únicamente requiere un seguimiento en otras ocasiones necesita una cirugía reparadora.
Dependiendo de donde se localice la obstrucción se puede dilatar únicamente el riñón (hidronefrosis) o todo el uréter (uréterohidronefrosis). La estenosis pieloureteral es una obstrucción en el punto de unión entre la pelvis del riñón y el uréter. Su tratamiento es quirúrgico. La cirugía laparoscópica permite su reparación, dejando mínimas cicatrices y con una recuperación más rápida del niño. El megauréter obstructivo se origina por una mala función de las fibras que facilitan el movimiento de la orina hacia la vejiga en la zona final del uréter, en la entrada a la vejiga. Aunque el tratamiento inicial suele ser conservador en ocasiones requiere dilatar de manera endoscópica la zona lesionada e incluso la reparación quirúrgica.